viernes, 28 de septiembre de 2012

In a Lonely Place (En un lugar solitario) - (1950)



TÍTULO ORIGINAL: In a Lonely Place

AÑO: 1950
DURACIÓN: 91 min.

PAÍS: EE.UU.
DIRECTOR: Nicholas Ray.

GUIÓN: Andrew Solt.
MÚSICA: George Anthei.l

FOTOGRAFÍA: Burnett Guffey.

REPARTO:

Humphrey Bogart, Gloria Grahame, Frank Lovejoy, Robert Warwick, Jeff Donnell, Martha Stewart, Carl Benton Reid, Art Smith, Morris Ankrum, Steven Geray, William Ching

SINOPSIS:

Dixon Steele (Humphrey Bogart) es un prestigioso guionista, cínico y con una filosofía algo escéptica ante la vida. Está atravesando una mala racha porque no encuentra la inspiración adecuada para su próximo argumento. De repente, se encuentra con que es el principal sospechoso de un misterioso asesinato. El fue la última persona que vio viva a una joven que ha aparecido muerta. Esta joven era una ferviente admiradora suya, y quería ver cómo trabajaba su escritor favorito. El detective Burd Nicolai (Frank Lovejoy), un antiguo amigo suyo, le somete a una dura presión. Dixon encuentra en Laurel Gray (Gloria Grahame), su vecina, la coartada perfecta para que la policía le deje en paz, y así pueda centrarse en su próximo guión. De manera inevitable, el amor surge entre ellos. Pero a medida que avanzan en su relación, Laurel descubre que Dixon es un tipo algo desequilibrado y violento, lo que le hace pensar que no es una locura creer que fuera el verdadero asesino de la joven.

COMENTARIOS:

ÉL: ¿Cenaremos esta noche?

ELLA: Esta noche cenaremos, pero no juntos.


Antes de rodar su obra más representativa bajo contrato con la Warner, la inolvidable “Rebelde sin causa”, rodó este híbrido drama, con su particular estilo, que tomando las características principales del cine negro, se introduce en un cine de autor siempre entusiasmado por explorar los límites de los sentimientos humanos. Esta idea se podría aplicar a la mayoría de las películas de Ray, convirtiéndolo en un director diferente.

El guión de “En un lugar solitario”, se basa en la novela homónima de Dorothy Hughes, publicada en 1947. Retrata la figura de un guionista cinematográfico en horas bajas, de repudiable carácter, desde la perspectiva que el cine negro había hecho inmensamente famoso a Humphrey Bogart. La perspectiva de personajes como Philip Marlowe o Sam Spade, que el irremplazable actor ya había interpretado bajo la tutela de John Huston o Howard Hawks. Estos eternos moradores de la soledad y las sombras, en esta obra se convierten en un ciudadano corriente de la clase media de Hollywood y cuyo auténtico rol en la historia es el de eterno culpable.

Dix Steele es ese guionista violento y conflictivo interpretado magistralmente por Bogart, que tiene el arduo trabajo de adaptar al cine un best-seller de escasísima calidad. Tras enterarse en el club que frecuenta, de que Mildred, la chica del guardarropa ha leído la novela, la convence para llevarla a su apartamento y que le cuente la historia. A la mañana siguiente la policía se presenta en el apartamento, situando a Steele como primer sospechoso de la muerte de Mildred.

La película queda definida por la relación entre los dos personajes principales, en un careo entre dos colosos del cine clásico como son Humphrey Bogart y Gloria Grahame. Bogart tenía en su bolsillo a la industria, al público y a la crítica, con sus interpretaciones de tipo duro, sin escrúpulos, solitario y oscuro. Este papel parecía escrito para él. La violencia, la infinita seguridad en sí mismo, la actitud despectiva ante el resto del mundo y unos diálogos genéricos del cine negro, que siempre dan la réplica perfecta al amor incondicional que recibe del personaje de Grahame, dejaron la impronta de un mítico personaje más. El personaje de Bogart convierte el amor entre ellos, en un lugar solitario.

Gloria Grahame es la abnegada amante. Esa amante que representa con claridad infinita lo que significa algo tan bello como el amor incondicional. Esta actriz parecía haber nacido para el cine negro. Su belleza y su innata capacidad para representar la inocencia hace de ella una actriz perfecta para este papel. Esa misma capacidad la convertiría en una de las actrices por excelencia de los años 50, en películas como “Los Sobornados” del maestro Lang. Esa belleza de Grahame está cerca de lo salvaje, en un papel más amable, adulto e inteligente a los que acostumbraba.

Ray cuida estos detalles que generan ambivalencia y el espectador se va contagiando de las mismas dudas que los personajes. Como cuida con exquisito tacto cinematográfico el relato: nos brinda esa conversación de gestos en el café-cantante mientras la sensual voz negra satura de romanticismo el audio. Y nos brinda un gran secundario, el actor borracho y declamatorio cuyas frases se tiñen de una nobleza caída en desuso.

Es poética la amargura con que Ray enseña el efecto desastroso de la violencia que brota explosiva y torrencial para desmentir el lado seductor y detallista, para fumigar con veneno ególatra todo encanto y amenazar el porvenir de un idilio que quiere brotar con cierta grandeza.

Excelente joya para los amantes del cine negro, desdichadamente en situación moribunda en la actualidad: se ha sustituido al cine por: 1. espots publicitarios o 2. Intentos de reflejar la dureza de la realidad sin más pretensiones, eso sí, muchos efectos especiales y desnudos a las primeras de cambio. La pasión por el oficio y la seriedad del buen cine han desaparecido sin dejar rastro. Afortunadamente nos quedan obras estimulantes y maravillosas como esta.

Actuaciones, realización y banda sonora nos brindan una interminable lección de cine.

Es la poética amargura de esa frase que flota sobre la película:

“Nací cuando ella me besó. Morí cuando me abandonó. Viví unas semanas mientras ella me amó.”


Tráiler:


Calificación: Excelente.

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