viernes, 9 de noviembre de 2012

One, Two, Three (Uno, Dos, Tres) - (1961)



TÍTULO ORIGINAL: One, Two, Three

AÑO: 1961

DURACIÓN: 108 min.

PAÍS: EE.UU.

DIRECTOR: Billy Wilder.

GUIÓN: Billy Wilder, I.A.L. Diamond (Teatro: Ferenc Molnár).

MÚSICA: André Previn.

FOTOGRAFÍA: Daniel L. Fapp.

REPARTO:

James Cagney, Pamela Tiffin, Horst Buchholz, Arlene Francis, Liselotte Pulver, Howard St. John, Hanns Lothar, Leon Askin, Ralf Walter, Karl Lieffen, Hubert von Meyernick.

PREMIOS:

1961: Nominada al Oscar: Mejor fotografía.

SINOPSIS:

El argumento narra las peripecias de un dirigente de Coca-Cola responsable de la factoría situada en Berlín Oeste en plena guerra fría. La llegada de la hija del director general, trasladada por su padre de un lugar a otro para apaciguar su fogoso temperamento, provocará una “revolución” en el seno de la familia McNamara: la primogénita del gran jefe se enamorará (y acabará casada y encinta) de un alemán perteneciente al bloque comunista. Desde este momento el viejo Mac (James Cagney), ansioso por ser ascendido, tratará, primero, de anular la boda entre ambos (enviando al pobre Otto Piffl –Horst Bucholz– a la cárcel) y luego, al enterarse del estado de la hija del jefe, intentará, por todos los medios rescatar y convertir al desdichado bolchevique en un digno pretendiente.

COMENTARIOS:

“Uno, dos, tres” (1961). Son muchas las ocasiones en las que Billy Wilder trataba temas serios desde un punto de vista cómico, pero con la película "Uno, dos, tres" ocurrió algo curioso. Es una comedia sobre la Guerra Fría, grabada en Berlín en el año 1961. Casualmente, ese mismo año, se construyó el Muro. Ese hecho inesperado tuvo efectos negativos en la película ya que el público no tenía ganas de reírse de la situación; la película resultó ser un fracaso de taquilla y Wilder recibió muchas críticas negativas. A los críticos “progres”, no les gustó por el tremendo palo que le daba al comunismo, estos seguían pensando que la URRS era el paraíso terrenal, los críticos de derechas la criticaron porque Wilder no dejaba demasiado bien al capitalismo salvaje, el tiempo acabó dando la razón al genial director,  "Uno, dos, tres" se re-estrenó en 1986, con gran éxito.


Una de las mejores comedias jamás rodada, Billy Wilder está entre los poquísimos directores de la historia incapaces de no hacer una buena película, incluso sin Jack Lemmon, y aquí rueda una feroz parodia de la entonces pujante Guerra Fría (de hecho, y aun siendo una comedia, es sin duda de las mejores películas hechas para entenderla, y lo mejor es que no toma partido ni por unos ni por otros) y de nuevo en y sobre su Alemania natal y los alemanes (y no oculta que muchos sentían nostalgia de los tiempos nazis).

No puede ocultar su origen teatral, pero el ritmo es tan frenético y los "gags" tan buenos y tan acumulados qué no hay más remedio que rendirse, todo está medido al milímetro, todo está en su sitio, sobre todo la última y tronchante media hora. La única pega es que para entenderla bien hay qué saber un poco de historia, estar versado sobre la situación internacional de entonces, porqué hay docenas de alusiones, como el mismo nombre del protagonista (Mc.Namara, igual que el ministro de Defensa yanki de entonces, clave en la posterior crisis de los misiles y el inicio de la Guerra de Vietnam) o de la chica-guapa-pero-muy-muy-tonta (Scarlett, que es de Atlanta y su madre se llama Melania, solo falta la "mami").

Pero no es solo Wilder, los actores están magníficos y no sobra ni uno solo: un increíble James Cagney (jamás creí que alguien pudiera hablar tanto y tan rápido), Arlene Francis (siempre preparada para el sarcasmo), Horst Buchholz (que más que comunista es un infeliz de campeonato y que en el rodaje se llevó muy mal con Cagney, al igual que sus personajes), los 3 rusos (claramente inspirados en los de "Ninotchka"), el aristócrata venido a menos (con monóculo y todo) y unas bellísimas Pamela Tiffin (la que bailaba en bikini al borde la piscina en "Harper", una de las actrices más preciosas de su época pero que como tantas otras fue engullida por el tiempo) y Lilo Pulver (en un papel pero que muy distinto al de "Tiempo de amar, tiempo de morir").

Si el guión es sobresaliente, el ritmo de la puesta en escena es prodigioso: al ritmo de la "Danza del Sable" de Kachaturian, empieza acelerada y termina frenética. Cagney arrasa la pantalla y los demás le dan perfecta réplica. A destacar los actores alemanes, sobre todo a Lilo Pulver y al que hace de asistente de Cagney, Hanns Lothar, un clown magistral. Y, como no, uno de los finales más memorables de la historia del cine. Echo en falta este tipo de comedias, esos diálogos en el cine actual (uno de los personajes dice lo siguiente: "No vas a ser nunca un americano capitalista;  lo que serás es un comunista rico")....el uso inteligente de la sátira y la ironía como sólo este hombre sabe hacerlo. Una comedia imprescindible.



Película completa:



Calificación: Obra maestra.

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