sábado, 1 de diciembre de 2012

Gamlet (Hamlet) - (1964) - (Director: Grigori Kozintsev)



TÍTULO ORIGINAL: Gamlet
AÑO: 1964
DURACIÓN: 140 min.
PAÍS: URSS.
DIRECTOR: Grigori Kozintsev.
GUIÓN: Grigori Kozintsev, Boris Pasternak (Obra: William Shakespeare).
MÚSICA: Dmitri Shostakovich.
FOTOGRAFÍA: Jonas Gritsius.
REPARTO:
Innokenti Smoktunovsky, Mikhail Nazvanov, Elza Radzina, Yuri Tolubeyev, Anastasiya Vertinskaya, Vadim Medvedev, Vladimir Erenberg, Stepan Oleksenko, Igor Dmitriyev, Grigori Gaj, Rein Aren, A. Krevalid, Yuri Berkun, Ants Lauter
PREMIOS:
1964: Venecia: Premio Especial del Jurado.
1966: Globos de oro: Nominada Mejor película de habla no inglesa.
SINOPSIS:
Coincidiendo con la celebración del 400 aniversario del nacimiento de William Shakespeare, la Unión Soviética, a través de los estudios Lenfilm, proyectó una grandiosa superproducción basada en una de las más célebres tragedias del poeta de Stratford-upon-Avon. Sin escatimar medios económicos y artísticos, el veterano Grigori Kozinstev (Don Quijote, La nueva Babilonia) volvió a ponerse tras las cámaras para realizar una de las mejores versiones cinematográficas de Hamlet. Una versión galardonada con el Premio Especial del Jurado en el Festival de Venecia y alabada por el mismísimo Sir Laurence Olivier (cuya adaptación de 1946 había recibido 4 Oscar).

COMENTARIOS:

En su versión, considerada por algunos como la mejor adaptación cinematográfica del drama de Shakespeare, Kosintzev se aleja de cualquier tentación de realizar un análisis psicoanalítico, tan común en el tratamiento de la obra. En cambio, presenta un Hamlet heroico y romántico, un rebelde que no confronta al usurpador en venganza por el asesinato de su padre, sino por un profundo anhelo de libertad.


Entre las múltiples escenas y secuencias brillantes de esta modélica adaptación de Hamlet quisiera destacar dos momentos particularmente significativos.
Las primeras imágenes de la película muestran la sombra del castillo de Elsinore que se proyecta sobre el mar embravecido, acentuando el carácter espectral de la película. A continuación, en los títulos de crédito (compuestos sobre un muro desnudo iluminado por una antorcha) tan sólo escuchamos el tañido de una campana y las olas rompiendo contra las rocas sobre las que se erige el palacio de Elsinore. Con su carácter lóbrego (en su doble acepción como algo oscuro y, a un tiempo, triste y melancólico) marcan el tono de la obra.



Asimismo, la aparición del espectro del padre de Hamlet resulta igualmente memorable. Su silueta se recorta, en un preciso contrapicado, contra los muros del castillo y contra un cielo ominoso cubierto de nubes y claroscuros. Esta visión espectral nos recuerda (más nítidamente que otras adaptaciones de Hamlet) las palabras de Lovecraft a propósito de aquello que el escritor denomina los albores del cuento de horror: “En el drama isabelino, con su Doctor Fausto, las brujas de Macbeth, el espectro de Hamlet y las espantosas horripilancias de Webster, podemos discernir fácilmente el fuerte dominio de lo demoníaco en la mente del público” (H. P. Lovecraft, El horror en la literatura, Alianza editorial, Madrid, 1995: pág. 17). Tras su primera aparición, en la siguiente escena observamos en primer plano al espectro y en un segundo plano, algo alejado y empequeñecido, a Hamlet; Kozintsev y su director de fotografía exageran la perspectiva y, con ello, muestran al espectro con unas dimensiones gigantescas.
Por otra parte, el castillo de Elsinore enfatiza el tono lóbrego de la película. La cámara de Kozintsev recorre sus estancias y muros admirablemente y establece un interesante diálogo entre el espacio dramático y los personajes (particularmente el príncipe Hamlet) y entre ese mismo espacio (el castillo) y el exterior.


Por lo demás, Kozintsev recupera la importancia de la dimensión política de la pieza teatral frente a la adaptación de 1948 de Laurence Olivier, cuya lectura de la obra original difiere de la del director soviético, confirmando, en todo caso, la riqueza de la obra de Shakespeare.

Si pudiera olvidar una sola película para volver a disfrutarla como la primera vez, elegiría “La pasión de Juana de Arco”, “La soledad del corredor de fondo”, “Casablanca””, “Desayuno con diamantes” o “Hamlet” de Konzisev.
Shakespeare ha tenido buenas adaptaciones cinematográficas (no así Cervantes, quizá rescataría el Don Quijote del mismo Kozintsev) como Julio César de Mankiewicz y Otelo de Welles (en Cannes el mejor director de Otelo fue Yutkevich), incluso interesantes revisiones de El rey Lear (Ran de Kurosawa o Lanza rota de Dmytryk) y La Tempestad (Planeta prohibido de Wilcox o Cielo amarillo de Wellman) aunque algunas de sus obras más potentes como Tito Andrónico todavía no han tenido adaptaciones a la altura; probablemente, Hamlet y Macbeth han sido las más logradas: el Macbeth de Welles o Kurosawa (Trono de sangre) o el Hamlet de Olivier (aunque sea mejor Ricardo III).
Tráiler:

Calificación: 6 de 6.

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