viernes, 18 de enero de 2013

From Here to Eternity (De aquí a la eternidad) - (1953)



TÍTULO ORIGINAL: From Here to Eternity

AÑO: 1953

DURACIÓN: 113 min.

PAÍS: EE.UU.

DIRECTOR: Fred Zinnemann.

GUIÓN: Daniel Taradash (Novela: James Jones)

MÚSICA: George Duning.

FOTOGRAFÍA: Burnett Guffey.


REPARTO:

Burt Lancaster, Montgomery Clift, Deborah Kerr, Frank Sinatra, Donna Reed, Ernest Borgnine, Jack Warden, Philip Ober, Mickey Shaughnessy, Harry Bellaver, John Dennis, Merle Travis


PREMIOS:

1953: 8 Oscars, incluyendo película, director, actor sec. (Sinatra), actriz sec. (Reed), guión.

1953: Círculo de críticos de Nueva York: Mejor película.


SINOPSIS:

Segunda Guerra Mundial, 1941. El soldado Prewitt (Montgomery Clift), que acaba de llegar a la base militar de Pearl Harbor (Hawai), es un antiguo boxeador que se ha retirado definitivamente del ring. El capitán Holmes (Philip Ober), conocedor de sus habilidades como púgil, intenta que se una al equipo del ejército, pero Prewitt rechaza la propuesta. A partir de ese momento será sometido a toda clase de castigos y humillaciones tanto por parte de sus superiores como de sus compañeros. Sólo cuenta con la amistad y el apoyo de Angelo Maggio (Frank Sinatra), un soldado cuya vida tampoco es muy fácil. Mientras tanto, el sargento Milton Warden (Burt Lancaster) y Karen (Deborah Kerr), la mujer de Holmes, viven una historia de amor adúltera. Pero la vida de todos cambiará con el ataque japonés a Pearl Harbor.


COMENTARIOS:

De aquí a la eternidad adapta la novela de James Jones, escritor que dejó en su legado obras como “La delgada línea roja”, entre otras.

Fred Zinnemann, director austríaco que venía de dirigir la aclamada “Solo ante el peligro”, es el encargado de lidiar con una película complicadísima por varios motivos. En primer lugar, “De aquí a la eternidad” es al mismo tiempo una película bélica, un drama, una película romántica y tiene toques de cine negro e incluso de comedia. Por otra parte, no era nada fácil por aquel entonces manejar los egos de un reparto formado por varios de los nombres más reconocidos de toda una generación. El trabajo de Zinnemann, además de controlar lo ya mencionado, se convierte en magistral cuando el director comienza a enfatizar los estados de ánimo de los personajes con unas escenas casi perfectas que producen en el espectador la rabia, la ternura y la incredulidad que viven los personajes en cada momento. Además, Zinnemann también deja sitio para conversaciones memorables, aprovechando en ocasiones el amplio abanico de posibilidades que ofrece el ser humano bajo los efectos del alcohol. La película sigue dos líneas narrativas paralelas que se cruzan en ciertos momentos y que se ven, de manera obligada, a morir en un mismo punto pese a ir cada una por su camino.

Burt Lancaster y Montgomery Clift se reparten el protagonismo. El primero hace una labor sobresaliente, Montgomery Clift nos deja la interpretación más legendaria de su corta vida, que acabó entre drogas y alcohol a la edad de 45 años. Deborah Kerr, con otra interpretación brillante, tiene el plus de participar en la famosa escena de la playa junto a Burt Lancaster, ese apasionado beso que fue censurado a lo largo y ancho del planeta y que se ha convertido, con el tiempo, en uno de los más famosos de la historia del cine. El cuarteto principal lo completa un Frank Sinatra a un nivel simplemente inigualable, una atractiva Donna Reed y un admirable Ernest Borgnine; la maravillosa fotografía en blanco y negro de Burnett Guffey, las sobresalientes interpretaciones, la asombrosa ambientación, el increíble montaje, la correcta música de George Duning, el vestuario o el sonido, son las cosas más destacables de este prodigioso clásico que fue una de las películas más taquilleras de los años 50.

Uno de los mayores beneficiados por el éxito de la película fue Frank Sinatra, que relanzó su carrera. Aceptó trabajar por muy poco dinero, a cambio de que su nombre se publicitase en los títulos de crédito. Se cuenta que la noche en que ganó el Oscar, en vez de celebrarlo salió a pasear por Beverly Hills de madrugada con la estatuilla en sus manos. Un policía le paró y le exigió identificarse, creyendo que era un chalado o un ladrón.

Aunque no se trate de un film bélico, posee impresionantes escenas del ataque aéreo japonés a Pearl Harbor, dignas de una película del género. La historia retrata la vida de diferentes soldados de un campamento militar estadounidense antes de que el ejército japonés efectúe el ataque sobre Pearl Harbor. Inolvidable la escena de Burt Lancaster y Deborah Kerr en la playa.

Resumiendo, “De aquí a la eternidad” es uno de los grandes clásicos de la historia del cine y una gran obra, indiscutible. Dura y pasional, atrapa al espectador con fuerza para hacer que viva la historia con los cinco sentidos. Tal vez falte en el guion, por momentos, la profundidad que sí tienen los personajes y ese es su único defecto, que queda maquillado por la genialidad reinante a cada segundo en pantalla.

"Rodaje con el director Fred Zinnemann"

Tráiler:


Calificación: Extraordinaria.


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