domingo, 14 de abril de 2013

Bad ma ra khalad bord (El viento nos llevará) - (1999) - (Director: Abbas Kiarostami)



TÍTULO ORIGINAL: Bad ma ra khahad bord
AÑO: 1999
DURACIÓN: 115 min.
PAÍS:  Irán.
DIRECTOR Abbas Kiarostami.

GUIÓN Abbas Kiarostami.
MÚSICA Peyman Yazdanian .
FOTOGRAFÍA Mahmoud Kalari .
REPARTO:
Behzad Dourani, Noghre Asadi, Roushan Karam Elmi, Bahman Ghobadi, Shahpour Ghobadi, Reihan Heidari, Masood Mansouri, Ali Reza Naderi, Frangis Rahsepar, Masoameh Salimi, Farzad Sohrabi, Lida Soltani.
PREMIOS:
1999: Venecia: Gran Premio del Jurado. Premio Fipresci de la Crítica Internacional .
SINOPSIS:
El rodaje de una película en la pequeña localidad kurdo-iraní de Siah Dareh provocará una pequeña revolución entre los habitantes del pueblo, convencidos de que los miembros del rodaje son en realidad buscadores de un tesoro que se halla en el cementerio local. 

COMENTARIOS:
Kiarostami nos enseña con planos generales la llegada a un pueblo Iraní de un grupo de cineastas. Continuará toda la película dando al relato un aspecto documental, como ya había mostrado en A través de los olivos y ¿Dónde está la casa de mi amigo? Y es que, aunque El viento nos llevará parezca tener una trama de western, (llegada de unos extranjeros a un pueblo donde se convierten en protagonistas e intentan ayudar a la gente) Kiarostami quiere mostrar, de una manera crítica y burlesca, la realidad social de un poblado alejado de la ciudad.


El supuesto director de la película nos guiará a través de las distintas historias que forman la realidad del pueblo. Nos enseñará una sociedad machista y muy dura para la mujer: un anciano en la tetería discute sobre el “tercer trabajo” del hombre, refiriéndose al sexo para procrear, y una vecina que da a luz y sigue tendiendo la ropa. Las mujeres son sin duda, las protagonistas del relato. El lugar del hombre estará en el campo, sin embargo, no vemos en toda la película a ninguno en plano corto que esté en su puesto de trabajo. Solo cuando el protagonista baja de la montaña a pedir auxilio vemos a un grupo de hombres junto a un campo todavía por cosechar, y en ese momento están descansando.
El tema del subdesarrollo está muy presente. La repetitiva acción de subir a la montaña a hablar por teléfono, el tranco caído a modo de puente por el que cruzan los niños o la falta de electricidad en el establo, son ejemplos claros. Aunque lo más destacado del film es la descripción de homogeneidad en las acciones del día a día para los habitantes del pueblo, la repetición y la habitualidad. Ejemplo de ello es la tetería, la vecina tendiendo, la mujer que lleva el pasto al establo, la conversación con el médico que dice trabajar pocas veces etc.


Uno de los momentos mágicos de esta película es cuando en una de las varias subidas que el protagonista hace al cementerio en busca de cobertura para su móvil ve salir de la zanja donde trabaja el obrero a una joven a la cual sigue con la vista.Se acercará a ver al trabajador y le preguntará dónde puede conseguir leche y este le remitirá a la casa dónde trabaja su novia (la mujer que vió alejarse).Una vez en la casa la mujer le conducirá a una bodega dónde se encuentra la vaca que bajo la luz de una pequeña lámpara será ordeñada por esta bajo la atenta mirada del hombre,el cual le pedirá que acerque la luz a su rostro para poder ver el gusto que tiene el hombre que cava la zanja en el cementerio.La joven hace caso omiso y sigue ordeñando mientras él le recita los poemas de Farrukhzad poeta por la cual se interesará la joven.

En mi noche, tan breve, ¡ay!
El viento está a punto de encontrar las hojas.
Mi noche tan breve está llena de devastadora angustia
¡Escucha!¿Oyes los susurros de las sombras?
Esta infelicidad que siento ajena a mí
Estoy acostumbrada a la desesperación
¡Escucha!¿Oyes los susurros de las sombras?
Allí, en la noche, algo está ocurriendo.
La luna está roja e inquieta.
Y, agarrada a este tejado
podría derrumbarse en cualquier momento.
Las nubes, como una multitud de mujeres de luto,
esperan el nacimiento de la lluvia.
Un segundo, y luego nada.
A través de esta ventana,
la noche tiembla
y la tierra deja de girar.
A través de esta ventana, un extraño se preocupa por
mí y por tí.
Tú, en nuestro césped,
pon tus manos -aquellos abrasadores recuerdos-
en mis tiernas manos
y pon tus labios, llenos de calor vital
en contacto con mis tiernos labios.
¡El viento nos llevará!
¡El viento nos llevará!




El director de la película se integrará en ese día a día y esperará en solitario hasta obtener noticias de Teherán o la muerte de la anciana, escena que el supuesto equipo quería filmar. Los miembros del rodaje se marchan antes ya que no tienen nada que hacer, pero el protagonista estará allí hasta el último momento. También ayudará a los niños, de los que quiere sacar información, y participará en la vida del poblado. Kiarostami nos muestra la vida cotidiana de un espacio, a través de los ojos de un fotógrafo que espera pacientemente hasta conseguir su instantánea.





 
La música, de aire tradicional y étnico, refuerza el clima de sosiego, austeridad y paz de la aldea. La fotografía resalta los paisajes inmensos del lugar, el dorado de las mieses, los ocres del camino, los tierras de las casas y los grises del conjunto de la aldea. El guión hace bellas elipsis en busca de una economía de medios que subraya la de la aldea y los aldeanos. Los diálogos son de gran sencillez y de sugestiva ingenuidad. El relato se mueve en una zona intermedia entre el documental y la ficción. La interpretación, a cargo de actores no profesionales, salvo la del ingeniero Behzad (Behzad Dourani), desborda naturalidad. La dirección olvida los cánones del cine occidental, a la búsqueda de una narrativa reposada, contemplativa y reflexiva, de trazos orientales.

La película destila encanto y lirismo. Invita a la reflexión y a la relativización de los cánones occidentales.

Tráiler::


Calificación: 5 de 6.

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