sábado, 29 de junio de 2013

Calle Mayor (1956) - (Director: Juan Antonio Bardem)


Título original: Calle Mayor.
Año: 1956
Duración: 95 min.
País: España.
Director: Juan Antonio Bardem.
Guión: Juan Antonio Bardem (Teatro: Carlos Arniches).
Música: Joseph Kosma, Isidro B. Maiztegui.
Fotografía: Michel Kelber.
Reparto: Betsy Blair,  José Suárez,  Yves Massard,  Luis Peña,  Dora Doll,  Alfonso Godá,  Manuel Alexandre.
Género: Drama.
Sinopsis:
Los habitantes de una pequeña ciudad provinciana viven atrapados en sus rancias tradiciones y costumbres. En ese opresivo ambiente, Isabel, una mujer soltera de 35 años, se siente fracasada por no haberse casado. Juan y su grupo de amigos, que combaten el aburrimiento imaginando bromas pesadas, hacen creer a Isabel que Juan está enamorado de ella y que le va a pedir matrimonio.
Premios:
1956: Festival de Venecia: Premio FIPRESCI. Nominada al León de Oro.



COMENTARIOS:
A continuación de “Muerte de un ciclista”, Bardem inicia el rodaje de “Calle Mayor”, cuyo guión original ha escrito tomando como base argumental una obra de teatro no demasiado conocida de Carlos Arniches, “La señorita de Trévelez”, se narra en ella la broma urdida por unos señoritos a una solterona a la que hacen creer que uno de ellos la ama y que, por tanto, se casará con ella. La película comienza a rodarse en Palencia como ciudad protagonista, eje de la acción. Se añadieran unas imágenes tomadas en Cuenca y que se corresponderían a la imaginaria visión de la ciudad vista desde fuera.




Bardem, en vista del éxito internacional de su anterior filme, consigue poner en marcha la película en coproducción con Francia. De ese país es, por ejemplo, el actor que da vida al personaje-conciencia que representa Federico. Bardem, además de conseguir ese “empujón” productivo, logra que la protagonista sea la actriz Norteamérica Betsy Blair, que acababa de triunfar en Cannes por su papel en “Marty” de Delbert Mann. En ese mismo festival el realizador acaba de presentar “Muerte de un ciclista”, momento que aprovecha para contactar con la actriz y convencerla, a pesar de sus reticencias, para que participe en el proyecto y es que, la ideal y entrañable Isabel, no se puede creer que un director –español además– haya pensado en ella como protagonista de un filme al no ser una actriz con muchas películas en su haber (siete en nueve años y en ninguna ha sido protagonista). Además Bardem reconoce desconocer su reciente y satisfactorio trabajo en “Marty”.
Betsy Blair, con todas sus dudas, acepta intervenir en la película. La actriz caló hondo en el director desde que la viera años atrás en un papel de poca monta en el filme de George Cukor “Una doble vida” (1947), que prácticamente supuso su debut en el cine. Descontando el filme de Delbert Mann la actriz había cosechado su mayor éxito interpretativo en un papel secundario de la interesante “Nido de víboras” (1948) de Anatole Litvak. Después de “Marty” y “Calle Mayor” tampoco se prodigará en el cine en demasía. Betsy Blair había nacido en 1923, siendo su verdadero nombre Elizabeth Boger. Sólo actuará, y normalmente nunca de protagonista absoluta, en siete filmes y es que la actriz a pesar de su gran expresividad no se corresponde al tipo estándar propio de una exitosa, y reverenciada, actriz. Sus dos matrimonios con personas tan importantes en el mundo cinematográfico como el actor norteamericano Gene Kelly y el crítico-teórico-realizador inglés Karel Reisz tampoco le fueron de gran ayuda para lograr un papel predominante en la industria del celuloide. Como dato curioso hay que reseñar que con posterioridad a “Calle Mayor” intervino en “El grito” de Antonioni, realizador que se dijo había servido a Bardem como inspiración de “Muerte de un ciclista”, aprovechando allí incluso de Lucia Bose, la actriz que había trabajado en el hipotético filme copiado del italiano (Crónica de un amor).

Como bien se indica justo al comienzo de la película, la historia y los hechos que acontecen en ‘Calle Mayor’ bien podrían suceder en cualquier ciudad de provincias de cualquier punto geográfico indeterminado.
Juan Antonio Bardem acierta a radiografiar y combinar dos temas tan dispares como son las constantes habladurías y chismorreos típicos de una pequeña ciudad junto al mezquino peligro de vivir en un lugar así y aburrirte demasiado.
Empezando por el guión, notable. La soberbia cámara de J.A enseguida sumerge al espectador en esa ‘pueblerina’ vida de sota, caballo y rey. (Me encanta ese plano secuencia en la que la pareja de protagonistas pasean por la calle Mayor envueltos en esa liturgia de saludos con todo aquel que se va cruzando con ellos). Por mucho que hayan transcurrido 60 años desde que se filmó, es ley de vida que en estas pequeñas comunidades, la solterona del pueblo sea el epicentro de las miras, rumores y guasas de los demás y esa claustrofóbica sensación está muy lograda.

Bardem consigue recrear la vida de una pequeña ciudad a la perfección (con ese bello telón de fondo que supone Cuenca) al igual que ahondar en esa, repito, mezquina vida de sus habitantes, (toda la panda de amigotes de Jose Suárez) aburrida, sin alicientes ni pretensiones y cuya única diversión recae en la invención de bromas de mal gusto para mitigar el tedio reinante en sus vidas. Personalmente, viéndome en el contexto de la película, yo jamás hubiera podido hacer nada que disgustase a alguien como Betsy Blair (la solterona), más bien, lo que haría es caer rendido a sus pies. Qué sonrisa, qué presencia, qué manera de interpretar con la mirada, simplemente espectacular.
No dudo que esta película sea un fiel retrato de la vida en provincias en la España de los cincuentas ni del papel de la mujer en esa sociedad, pero esta película es más que todo eso (que no es poco), esto es cine humanista, nos muestra toda la complejidad de la naturaleza humana, el anverso y el reverso de las personas, la vida humana con sus virtudes y miserias, esto es cine con mayúsculas.
Creo que esta película ha envejecido muy bien, porque en todos los lugares y todos los tiempos hubo y hay personas miserables como ese grupo de amigos, en todos los lugares y todos los tiempos hubo y hay un hastío vital, ha sido una felicidad encontrarme con esta película, me ha hecho recordar que el cine puede mostrarnos la humanidad tal cual es.

Muy pocos cineastas han podido hacer una película en apariencia simple pero tremendamente profunda, que te regala sensaciones perdurables, sólo los genios o un director en estado de gracia lo han logrado, recuerdo a  Murnau u Ozu por nombrar a algunos. Las conversaciones del joven escritor con el viejo escritor son muy buenas, simples y profundas. El monólogo del principio no miente, esta película puede suceder en cualquier lugar y cualquier tiempo.
En esta triste historia, Bardem sabe mostrar con su cámara el vacío de una mujer que abandona la juventud en una pequeña ciudad de provincias en aquellos años dominados por la ignorancia y a la crueldad de una sociedad intolerante donde apenas cabe la compasión.

Es admirable la objetividad y la distancia que sabe poner Bardem, sin caer en el panfleto político.
Que alto y que lejos está la calidad artística de este Bardem de otros con el mismo apellido.



Película:



Calificación: 5 de 6.

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