miércoles, 16 de octubre de 2013

Hatari! (Hatari!) - (1962) - (Director: Howard Hawks)



Hatari
Título original: Hatari!
Año: 1962
Duración159 min.
País: Estados Unidos.
Director: Howard Hawks.
Guión: Leigh Brackett.
Música: Henry Mancini.
Fotografía: Russell Harlan.
Reparto:
John Wayne, Hardy Kruger, Elsa Martinelli, Bruce Cabot, Red Buttons.
Género: Aventuras.
Sinopsis:
Sean Mercer, un cazador que recorre el mundo capturando animales para venderlos a los zoos, reúne un grupo de cazadores en las llanuras de Tanganika, para cazar cebras y jirafas. La aparición de una fotógrafa, que pide unirse al grupo, modificará las relaciones y provocará tensiones dentro del equipo.
Premios:
1962: Nominada al Oscar: Mejor fotografía (Color)
COMENTARIOS:
Hay veces que ves alguna película, y de repente sientes nostalgia, diversión, agradecimiento espectacularidad, pero sobretodo, un infinito respeto al cine y a la vida. Esta es una de ellas.
Desde los créditos iniciales a los finales el gran Hawks nos muestra una historia de compañerismo, de acción, y de humor propia del director de Indiana.
La palabra que se utiliza en swahili para indicar “peligro” es “Hatari”. Y es que el oficio de un intrépido y animado grupo de cazadores, que capturan animales vivos en África para destinarlos a zoológicos y circos de todo el mundo, requiere sin duda buenas dosis de valor y coraje. Para subrayar el riesgo que corren estos profesionales, Howard Hawks recurrió en este film a un truco muy eficaz: hacer que uno de ellos, el Indio, fuera herido, casi al principio, por un rinoceronte. De este modo no hay duda: estos hombres se encuentran en “hatari”.
La historia, escrita por Leigh Brackett a partir de un relato de Harry Kurnitz, se ponía en marcha cuando aparece Dallas, una fotógrafa que desea tomar instantáneas de animales salvajes. Según Hawks, el personaje de Elsa Martinelli se basa en alguien real: “una chica alemana que era tan condenadamente guapa que la gente le daba oportunidad de sacar fotografías”. A partir de ahí caza de animales, ambiente de camaradería, conatos de romance…
Los actores, con un impagable John Wayne a la cabeza, se implicaron de lleno en el film, y de hecho participaron muchas veces sin dobles en las cacerías, arriesgando el pellejo. Da fe del “hatari” que se corrió en el rodaje, el hecho de que tres cámaras terminaron rotas por culpa de un rinoceronte que no colaboraba demasiado. Para recoger el material de las persecuciones de los animales se contó con 3 avionetas y 50 vehículos de distinto pelaje: jeeps, camiones, rancheras… Todos estaban provistos de amortiguadores especiales para ayudar a la estabilidad de la imagen atrapada por las cámaras. Al final, todos demostraron ser buenos cazadores, pues llegaron a atrapar 4 rinocerontes. Uno de ellos terminó en un zoo del estado de Indiana. El gobernador se enteró de que Hawks era de allí, y le pidió un animal.
François Truffaut pensaba que el film era una metáfora sobre el oficio de hacer películas: John Wayne sería como el director, que todas las noches se reunía con su equipo y, pizarra en mano, les explicaba el plan del día siguiente. El inefable Hawks, cuando lo supo, comentó: “Acepto cualquier cosa que cualquiera diga sobre la película. Los franceses son tan divertidos. Te atribuyen un montón de cosas. Ni siquiera comprendo las palabras que utilizan para decir por qué has hecho tal cosa.”
Las secuencias de acción están tremendamente bien rodadas al ser en modo documental, y el guión es muy de Hawks, con diálogos muy rápidos y divertidos.
John Wayne se come el papel, como siempre, y que el estilo del personaje, tan propio en él, esta bordado en oro con su nombre.
En resumen, divertida y maravillosa cinta de aventuras dirigida por el maestro Howard Hawks y un auténtico divertimento de dos horas y media de duración que nos mete de lleno en África para hacernos vivir, junto al resto del grupo capitaneado por John Wayne. Impresiona ver la maestría con que se rodaron todas las escenas de caza: escuchar y sentir el rugido, tanto del rinoceronte como el de los jeeps a toda velocidad por la sabana africana, es algo que no tiene precio. Todo es magnífico y te hace vibrar en este grandioso trabajo de Howard Hawks, una obra a medio camino entre el cine y el documental con lo mejor de cada género.
Aventuras garantizadas para toda la familia en uno de los últimos clásicos verdaderamente grandes que nos dejó el Séptimo Arte. Un cine cargado de vida, emoción y buenos sentimientos.



Tráiler:





Calificación: 4 de 6.

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