sábado, 9 de noviembre de 2013

How Green Was My Valley (Qué verde era mi valle) - (1941) - (Director: John Ford)




Qué verde era mi valle

Título original: How Green Was My Valley

Año: 1941

Duración: 118 min.

País: Estados Unidos.

Director: John Ford.

Guión: Philip Dunne (Novela: Richard Llewellyn).

Música: Alfred Newman.

Fotografía: Arthur Miller.

RepartoWalter Pidgeon, Maureen O'Hara, Roddy McDowall, Donald Crisp, John Loder, Anna Lee, Arthur Shields, Barry Fitzgerald, Patric Knowles.

Género: Drama.

Premios:

1941: 5 Oscars: Película, director, actor sec. (Donald Crisp), fotografía, direcc. Artística.

1941: Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor director.

Sinopsis:

En un pueblo minero de Gales viven los Morgan, todos ellos mineros y orgullosos de serlo y también de respetar las tradiciones y la unidad familiar. Sin embargo, la bajada de los salarios provocará un enfrentamiento entre el padre y los hijos; porque mientras éstos están convencidos de que la unión sindical de todos los trabajadores es la única solución para hacer frente a los patronos, el cabeza de familia, en cambio, no quiere ni siquiera oír hablar de sindicatos ni de socialismo.


COMENTARIOS:

El propio título y los primeros planos aparecidos junto a una voz en off, ya nos indican que se trata de una película de claro tono nostálgico. No está ambientada en el  Monument Valley y sus protagonistas no son John Wayne ni Henry Fonda,  pero “¡Qué verde era mi valle!” responde a las mismas características y al mundo personal del resto de la filmografía de John Ford. Con una alegoría de gran belleza, nos presenta el verdor del valle como reflejo del amor sincero y de la unión familiar de entonces… frente a la negrura del carbón, imagen de la pobreza interior que el director vislumbra en una sociedad que se va diluyendo en la búsqueda del bienestar material y la riqueza.



John Ford destacó por muchos otros trabajos alejados de los westerns. Para mí, su fuerza y habilidad como realizador eran claramente notorios con sus melodramas, que aunque sean poco abundantes, dejaron una huella imborrable. Sus mayores exponentes en dicho género fueron “Las Uvas de la Ira” y la cinta que nos ocupa, “Qué Verde era mi Valle”. Puede que algunos piensen que con los años hayan empañado un poco algunos de sus mensajes, demasiado conservadores para nuestra actual generación Ciertamente, no les falta razón, pero también manifiesta una generosa cantidad de valores que no envejecen que deben ser prevalecidos, de ahí ale todo el encanto y esplendor de este melodrama, pues se manifiestan valores y acciones bondadosas universales, que deberían prevalecer, pues es nuestro buque insignia para demostrar nuestra humanidad.



Ford nos presenta a una pobre familia que trabaja en una mina, al igual que el resto del pueblo, teniendo que trabajar en unas condiciones deplorables y peligrosas con un miserable salario. Los hijos mayores de la familia, prefieren manifestarse en sindicatos para protestar de su precaria situación. El padre, aunque quisiera mejorar las cosas, no puede, y trata de seguir haciendo su labor para que su familia pueda subsistir. Es una posición un tanto conservadora debido a su conformismo, pero es absolutamente comprensible, de ahí surge la fuerza de su historia, en las transmisiones de sus sentimientos. Tampoco se puede olvidar de la pieza clave de este drama, el personaje del niño pequeño, que es a partir de él que vemos todo el estatus social del pueblo. El pequeño es el primero de la familia que tiene la oportunidad de ir a la escuela. Hecho que le ha costado muchos sacrificios a sus padres. Aún así, el chico es objeto de burlas de sus compañeros por su posición social.



Ford nos cuenta un puñado de experiencias de todos los miembros de la familia, donde resalta el sufrimiento, el valor, la amistad y el amor. Pueden tener sus diferencias, pero se quieren y se ayudan los unos a los otros. No solo entre la familia, sino entre todos los ciudadanos que componen el pueblo. Esto hace que Ford nos pueda mostrar escenas de intensa emotividad, donde resaltan valores tan importantes como la ayuda y la cooperación, hecho que convierten el film en un pasatiempo melodramático entrañable y de enorme belleza.

El chico es la figura clave de toda la trama. Asistimos en todo su desarrollo a través de sus ojos, y nos damos cuenta de que el chico debe crecer y madurar a una edad demasiado temprana para poder sobrevivir en un mundo cruel, donde sólo se pueden contar con unas pocas personas que realmente merecen la pena. Es un film de un contenido pedagógico y educativo altísimo. Sus valores son entrañables e insuperables. “Qué Verde era mi Valle” es una conmovedora película que fácilmente podría considerarse entre unas de las mejores cintas de Ford. Con un contenido humano tan puro que solo es superado por las obras de Chaplin.



Oír la voz de Pidgeon, admirar la inmensa belleza de la O´Hara y disfrutar de personajes tan bien escritos como los del matrimonio protagonista, con un Donald Crisp en en esto de gracia, hace que uno se reconcilie con el cine, aunque sea a puro de revisar un título de más de sesenta años de antigüedad.

Aunque inicialmente la película estaba pensada para William Wyler e incluso llegó a comenzar la preproducción, “¡Qué verde era mi valle!” tiene todas las características del cine de Ford, con una condensación narrativa digna ya de un maestro, unos ligeros picados y contrapicados con carga expresiva, o una cuidada fotografía en blanco y negro que da dramatismo a las escenas que lo requieren. También destaca el excelente decorado del pueblo, con una profundidad en su calle principal que es digna de elogio. Supuso el segundo Óscar para el director, además de llevarse otros cinco más, entre ellos a la mejor película y mejor guión. Por último, diremos que la película termina al modo teatral, porque a Ford le agradó la idea de que sus personajes volvieran a salir… para despedirse del público. Sin duda un bello final tras la dramática pero bella escena de recuperación de los cuerpos fallecidos en la mina.



No pude evitarlo, al final se me hizo un nudo en la garganta.

Ford, qué grande sigues siendo.

Tráiler:


Calificación: 6 de 6.

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