domingo, 31 de enero de 2016

Only Angels Have Wings (Sólo los ángeles tienen alas) - (1939) - (Director: Howard Hawks)




Sólo los ángeles tienen alas


Título original: Only Angels Have Wings


Año: 1939


Duración: 121 min.


País: Estados Unidos.


Director: Howard Hawks.


Guión: Jules Furthman.


Música: Dimitri Tiomkin.


Fotografía: Joseph Walker.


Reparto:


Cary Grant, Jean Arthur, Thomas Mitchell, Rita Hayworth, Richard Barthelmess, Allyn Joslyn, Sig Ruman, Victor Kilian, Noah Beery Jr., Don Barry, John Carroll, Don 'Red' Barry.


Género: Drama.


Sinopsis:


Una joven americana llega haciendo escala a Barranca, un puerto sudamericano. Allí conocerá una pequeña gran familia de pilotos que arriesgan sus vidas llevando el correo con sus avionetas a través de las montañas. Geoff Carter (Cary Grant) está al mando. Y allí, en un pequeño microcosmos, hombres y mujeres se desafían, enamoran, discuten. Dos mujeres intentarán conseguir su amor. Un mundo en el que solo existen el pasado y el momento presente, emociones contenidas, personajes que se niegan poder amar y sentir, para poder afrontar un futuro que no existe para ellos, debido al riesgo en su trabajo.


Premios:


1939: 2 nominaciones al Oscar: Mejor fotografía (B&N), efectos especiales.


COMENTARIOS:


“Sólo los ángeles tienen alas” surgió al parecer como una vivencia del propio Hawks mientras buscaba localizaciones para ¡Viva Villa!, topándose con un lugar en Méjico donde unos aviadores se jugaban el pellejo cada día transportando el correo de un lado a otro. El director utilizó esa y otras experiencias aéreas para desarrollar el guión junto a Jules Forthman.




Si “Sólo los ángeles tienen alas” se hubiera rodado hoy sería uno de los mejores filmes del año. Pero en el año en que se rodó, 1939, lo tenía más difícil. Pues se considera uno de los años más fructíferos de las historia del Séptimo Arte. De la cosecha de ese año destacan “Lo que el viento se llevó”, “La diligencia”, “Cumbres borrascosas”, “El mago de Oz”, “La regla del juego”, “La jungla en armas”, “Beau Geste” y “Caballero sin espada”. Difícil decidirse mirando la cartelera.




En la primera parte es un film de la época dorada de Hollywood, y del arte y el talento de Hawks como director, encuadrando o en la sala de montaje junto a Viola Lawrence, con un ritmo demoledor que nos lleva de la comedia al suspense y de éste al drama para volver de nuevo a la comedia con gran ligereza, personajes definidos y ofreciendo movidas escenas e ingeniosos diálogos de la manera en que sólo él sabía hacerlo. En la segunda el ritmo cambia y la película pasa a convertirse en un film épico centrado en los aviones y los pilotos, con algún momento de comedia para distender el ambiente.




Hawks, conocido por su afición a contar con fanfarrón desenfado anécdotas de rodaje, decía haber ayudado a convertir a Rita Hayworth en estrella (mérito compartido con Harry Cohn, presidente de Columbia). Así, en una escena en que Hayworth debía parecer borracha, al no saber cómo lograr que la actriz lo hiciera bien, ideó una estratagema: “Le dije a Cary Grant, cuando te parezca que la escena se apaga, di simplemente ‘no tienes ni idea de lo que te hablo, ¿verdad?’ y la agarras por el cuello y le echas esto por la cabeza. Se pondrá a gritar o a chillar o algo así, y entonces fundimos, y le pones una toalla por la cabeza…”. Y de este modo, la escena funcionó. Las otras dos estrellas del reparto, ya habían dado antes, en cambio, muestras de su buen hacer: Grant con el propio Hawks, en “La fiera de mi niña”, y Jean Arthur en varios de los filmes de Frank Capra.




Una de las cimas incontestables de la filmografía de uno de los grandes del Hollywood dorado: Howard Hawks. Obra maestra absoluta, “Solo los ángeles tienen alas” es una de las mejores películas de acción y aventuras jamás filmada, fruto del talento de un director capaz de darnos obras maestras en todos los géneros que abordó.


Las vivencias de un grupo de pilotos, que transportan el correo en viejos aviones a través de altas cimas nevadas azotadas por el viento, sirve de perfecto pretexto a Hawks para sumergirnos en ese “su” particular universo, de auténtico y profundo espíritu aventurero, que conoce como nadie, -de joven se dedicó a toda suerte de oficios peligrosos-, donde se convive con el riesgo y donde la muerte, a la que pretenden o fingen ignorar, planea sobre sus vidas como una permanente amenaza y que Hawks plasma en fotogramas de oro puro, enfatizando la amistad y la camaradería de un mundo, donde solo existe el pasado y el fugaz momento presente.




Film sensible y profundamente bello, de emociones contenidas; personajes de una sola pieza que se niegan a si mismos la condición de seres humanos con capacidad para amar y sentir, como una suerte de defensa frente a un futuro que no existe, “Solo los ángeles tienen alas” es un film presidido por un fatalista pesimismo que solo al final abrirá la puerta a la esperanza a través de un complejo proceso de redención personal.




Filmada íntegramente en estudio, su impecable puesta en escena, el extraordinario guión, rico en registros que van desde el dramatismo más intenso hasta el humor más desenfadado, -bañado de un aparente cinismo y de un romanticismo no asumido pero real-, la magistral dirección de Hawks y un reparto irrepetible, -soberbiamente dirigido-, encabezado por un Cary Grant sencillamente perfecto, una encantadora Jean Arthur, un colosal Thomas Mitchell y el lujo de la presencia de una bellísima Rita Haywoth, hacen de “Solo los ángeles tienen alas” una auténtica joya del cine, tierna, entrañable y donde en cada fotograma se dibuja de forma nítida la complicidad y la devoción que siente Hawks hacia unos personajes, que son su “alter ego”, a los que ama.





Trufada de secuencias inolvidables, no se puede dejar, sin embargo, de destacar lo que a mi juicio son algunos de los momentos más emotivos jamás vistos en una pantalla de cine y que dan la medida precisa del inmenso talento y sensibilidad de Hawks: La sobria y sin embargo sobrecogedora despedida entre Cary Grant y Thomas Mitchell; el sublime plano de Cary Grant llorando, con la mirada perdida en el vacío y ese maravilloso final, -uno de los más bellos de la historia del cine-, donde la palabra GUION, -hoy desgraciadamente extinta-, cobra de repente toda su grandeza y esplendor. Obra maestra intemporal para amantes del CINE con mayúsculas.


(Parte del comentario, publicado por Francesc Chico Jaimejuan)


Vídeo:



Calificación: 6 de 6.

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