martes, 24 de noviembre de 2015

Cine-socio-político Español - 4ª parte - El postfranquismo (1976-2000)





CINE SOCIO-POLITICO ESPAÑOL

3ª parte
 



EL POSTFRANQUISMO


1976 - 2000




INTRODUCCION A LOS AÑOS OCHENTA





Las tendencias cinematográficas de los años ochenta fueron tuteladas desde la Administración (Pilar Miró se puso al frente de la Dirección General de Cinematografía), que toma una serie de medidas para fomentar el cine de calidad, un cine de autor que protege a los debutantes y que logra que la producción comercial de bajo desempeño profesional decaiga. El cine español cosecha algunos éxitos, como el Óscar a la mejor película extranjera por Volver a empezar (1982), de José Luis Garci y éxitos de taquilla como Los santos inocentes (1984), de Mario Camus.


 "Volver a empezar"




Géneros


Los géneros predominantes en esta década fueron la comedia y el thriller. El drama se cultivó con rasgos menos definidos desde el punto de vista del género. Otros géneros clásicos como aventuras, musicales, cine fantástico etc. tuvieron menos importancia.


Como hemos ido viendo, la comedia es un género tradicional desde los 40. En los años que nos ocupan, la comedia continúa los esquemas subgenéricos de otras etapas, desde la comedia política, costumbrista y reaccionaria a la comedia sexy (ahora con tendencia al porno) o parodias. Muchas de estas producciones están vinculadas nostálgicamente a la ultraderecha franquista. Cultivadas por directores de etapas anteriores fueron languideciendo progresivamente a medida que la política cinematográfica del gobierno iba tomando fuerza. Otra tendencia es la continuación de la comedia a la manera de “la tercera vía”, una comedia posibilista que repasa las frustraciones de las generaciones que han crecido con el franquismo, entre la ilusión y el desencanto, con la que el público se puede identificar, ahora con cierta tendencia al drama.


"Sé infiel y no mires con quién"


Con este punto de partida, pero tomando otros elementos como la comedia clásica americana (Lubitsch, Hawks, Wilder) o más moderna (Allen, Rohmer, Tanner), directores como Fernando Colomo (La línea del cielo, 1983; La vida alegre, 1987; Bajarse al moro, 1988) y Fernando Trueba (Opera prima, 1980), construyen una comedia más espontánea y personal, de bajo presupuesto, que se dará en llamar la “comedia madrileña”, que retrata y exalta la “movida” madrileña, protagonizadas por “progres”, jóvenes izquierdistas inmaduros llenos de problemas. 

Con presupuestos más altos progresivamente, esta comedia se va sofisticando y perdiendo el carácter localista como Sal gorda (1983) o Sé infiel y no mires con quién (1985). Fernando Trueba abre esta vía a otros cineastas: Manuel Gutiérrez Aragón (La noche más hermosa, 1984) y Emilio Martínez Lázaro(El juego más divertido, 1988), entre otros. Especial relevancia tendrá Pedro Almodóvar, que después de realizar películas en la más pura marginalidad durante seis años, se acercaba a los circuitos comerciales con Pepi, Luci y Bom... y otras chicas del montón (1980), película que le convirtió en un director controvertido pero a la vez admirado por un masivo público joven; otras películas de este director en esta década fueron Laberinto de pasiones (1981), Entre tinieblas (1983), ¿Qué he hecho yo para merecer esto? (1984), La ley del deseo (1986), Matador ( y Mujeres al borde de un ataque de nervios (1987). A partir de este último filme, Almodóvar conquistó los mercados internacionales y se convirtió en el emblema del cine español fuera de nuestras fronteras.


 "Pepi, Luci y Bom... y otras chicas del montón"


El trabajo de Berlanga se centra en su particular visión crítica y esperpéntica de la sociedad, con la trilogía La escopeta nacional (1977), Patrimonio Nacional (1981) y Nacional III (1982) y otros títulos como La vaquilla (1984) y Moros y cristianos (1987).


 "La escopeta nacional"


Juan Antonio Bardem, olvidado en los últimos tiempos, intenta recuperar su cine anterior, con las muy estimables "El puente" y "7 días de Enero", más tarde realizaría su última aportación al mundo del cine, con la fallida "Resultado final".

 "El puente"


El segundo género más cultivado es el cine policíaco, coincidiendo con el auge de la literatura “negra” en España y continuando con una tendencia surgida en los finales de los 60. Este tipo de cine permite reflejar la realidad social. Muchas de ellas son adaptaciones de obras literarias (abundan las inspiradas en las novelas de Manuel Vázquez Montalbán y otros escritores). Entre los mejores títulos están Deprisa, deprisa (1980), de Carlos Saura, Maravillas (1980) de M. Gutiérrez-Aragón y las dos películas (I y II, de 1881 y 1982) El crack de José Luis Garci, Eloy de la Iglesia es el director que más cultiva el género: Navajeros, (1980), Colegas (1980), El Pico (I y II, 1993 y 1984), La estanquera de Vallecas (1987)... En todas ellas se retratan las lacras sociales del momento.


 "El crack"


 "Maravillas"


Gran parte de las películas abordan la historia, tras cuarenta años de silenciar la memoria de los derrotados de la guerra civil, abordando los años de la República, la guerra civil y las primeras décadas del franquismo. Pascual Duarte, Las largas vacaciones del 36 (J. Camino, ), El año de las luces (F. Trueba, 1986) Dragon Rapide (J. Camino, 1986), Réquiem por un campesino español (F. Betriu, 1985), Las cosas del querer (J. Chávarri, 1989). Demonios en el jardín (1982), una de las mejores películas de M. Gutiérrez Aragón, éxito de crítica y público. Es un drama rural en la más dura posguerra a través de los ojos de un niño enfermo.


 "Las largas vacaciones del 36"


Uno de los autores que mejor retrata la España franquista es Vicente Aranda que, partiendo de un lenguaje narrativo clásico, combina el análisis histórico con elementos de la crónica negra y criminal bajo y realiza una serie de dramas donde conviven sexo, violencia y muerte: Asesinato en el comité central (1982), Fanny Pelopaja (1984), Si te dicen que caí (1989) o El Lute (I y II, 1987-88), Amantes (1991).


 "Amantes"


El tema político actual es tocado con realismo pero con prudencia, el fascismo”Camada negra”, “Taxi”, “7 dias de Enero” “El caso Almeria”, el terrorismo “Dias contados”, “Yoyes”, “El proceso de Burgos”, “La fuga de Segovia”, etc. son películas honestas.





El Sur (1983) constituye una de las mayores cimas del cine de esta época, confirmando a su director, Víctor Erice, cuya carrera cinematográfica hasta hoy se limita a tres películas, como un autor extraordinario con universo temático y formal propio. En El sur se reflexiona sobre el Bien y el Mal o sobre el acceso al conocimiento a través de las relaciones entre un padre y una hija, pero también mediante aspectos formales como el tratamiento de la luz y el tiempo.


"El sur"



La literatura sirve como argumento a numerosas adaptaciones. Como ejemplo de éxito de público y crítica podemos mencionar a Mario Camus: La Colmena (1982) sobre la novela del mismo título de Camilo José Cela y Los santos inocentes (1984), esta vez adaptación de la obra homónima de Miguel Delibes. Vicente Aranda también recurre con frecuencia a la literatura: La muchacha de las bragas de oro (1980) y Tiempo de silencio (1986), inspiradas en las novelas de Juan Marsé y Luis Martín Santos, respectivamente.


 "La colmena"


Pero también el cine refleja los cambios sociales del presente, lo que da lugar a un “nuevo costumbrismo”. Los problemas que se plantean son “la dificultad de asumir la propia identidad, casi siempre por alguna «diferencia», como ser homosexual, joven, negro, extranjero o incluso simplemente mujer; las dificultades de relación de la pareja, el amor y el desamor; la insatisfacción con las normas de vida sancionadas socialmente, basadas en el éxito y la competitividad; el desencanto ante las ilusiones y esperanzas truncadas en los tibios tiempos del consenso; la soledad y cotidianeidad de la vida urbana; etc.” No se tratan los problemas sociales del momento (política, reconversiones económicas, incorporación a Europa...) desde un punto de vista colectivo, sólo se aprovechan temas candentes como el paro, las drogas o la delincuencia bajo una perspectiva más sensacionalista que crítica.


El cine de “destape” de la década anterior se va haciendo más explícito hasta desembocar en el cine pornográfico, reconocido en la ley de 1982. La presencia del sexo y del erotismo se normaliza en los filmes, y directores como Bigas Luna y Almodóvar reflexionan en sus películas sobre asuntos sexuales. Algunos muestran manifestaciones sexuales reprimidas en el franquismo, como la homosexualidad.


"Cria cuervos"


Mención aparte, Carlos Saura. Con los años ochenta el cine de Saura y su propia persona comienzan a pasar de moda. Inclusive a ser tratado con cierta reticencia, hasta poderse hablar de «la silenciosa marginación» de un personaje que, a estas alturas de su vida, era ya un auténtico clásico, en el sentido de que su obra constituía un legado histórico para la vida entera del país, superadas censuras coyunturales y, por supuesto, posibles derrotas artísticas en esos mismos años ochenta. No se pueden olvidar sus magníficas obras de esta época:  Cría cuervos, Elisa, vida mía, Los ojos vendados, Deprisa, deprisa, Los zancos, Ay Carmela!!...



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